La noticia de que dos nuevos inquilinos caninos habían llegado al castillo de Windsor para quedarse el pasado mes de marzo tomó por sorpresa a propios y extraños, ya que a lo largo de los últimos años se había asegurado que la reina Isabel II no quería criar más ejemplares de la raza corgi porque temía que la hicieran tropezar y caerse. Sin embargo, la versión no-oficial era que le angustiaba no saber quién se ocuparía de los animales cuando ella no estuviera.
El bonito gesto del príncipe Andrés con la reina Isabel para levantarle el ánimo
Tras la muerte del último de estos perritos en 2018, solo quedaba a cargo de la soberana un simpático 'dorgi', un cruce de corgi con un perro salchicha, llamado Candy, pero su hijo el príncipe Andrés quiso sorprenderla recientemente con dos cachorros para que le levantaran el ánimo mientras su difunto marido se encontraba ingresado en el hospital debido a su delicada salud y ella permanecía aislada por la actual pandemia con un personal de servicio mucho más reducido de lo habitual.
Según la información que publicó el periódico The Sun, uno de los dos perritos es un corgi que originalmente se llamaba Charlie, pero al que su nueva dueña le ha cambiado el nombre por Muick, y el otro, un dorgi al que ha bautizado como Fergus. En las últimas semanas Isabel II ha sido vista paseando con los canes por las inmediaciones de Frogmore House, en los terrenos de Windsor.