El duque de Edimburgo , esposo de la reina Isabel II , quien falleció el pasado viernes a los 99 años de edad, siempre fue un arduo defensor de la idea de que los miembros de la casa real debían mostrarse más accesibles ante la opinión pública, recurriendo para ello a esos flamantes medios de comunicación de masas como la radio y la televisión.
Suyo fue, por ejemplo, el plan de retransmitir por la BBC la ceremonia de coronación de su esposa en el año 1953: uno de los primeros eventos de tanta solemnidad en llegar a los hogares de millones de ciudadanos.