El arzobispo de Canterbury Justin Welby, que se encargó de oficiar la boda de los duques de Sussex en mayo de 2018 acompañado del reverendo Michael Curry, dio su opinión personal acerca de la presión que conlleva una vida de servicio público como la de los miembros de la monarquía, de la que hablaron sin tapujos tanto Harry como Meghan en su polémica entrevista con Oprah Winfrey para confirmar que La Firma se antepone a todo lo demás en el seno de la familia real británica.
Arzobispo que casó a Meghan y Harry compara la vida como royal con una 'condena'
El arzobispo considera que nacer en el seno de la familia real británica es comparable a recibir una cadena perpetua sabiendo que no existirá la posibilidad de apelarla porque sus miembros siguen siendo conocidos incluso si se desvinculan de La Firma
"Es una cadena perpetua sin libertad condicional, ¿verdad?", dijo en una entrevista al Financial Times.
"Si nos remontamos a los años 30 y a Eduardo VIII, él aún era una celebridad y le seguían a todas partes incluso después de que abdicara... Esperamos de ellos que sean sobrehumanos".
A pesar de que Meghan Markle reveló en su conversación con Oprah que su marido y ella se habían casado en una ceremonia secreta tres días antes de su paso por el altar, el arzobispo de Canterbury se encargó de aclarar que, por muchos votos que hubiese intercambiado la pareja en privado, su enlace oficial había sido el que tuvo lugar en la capilla de San Jorge.