La nueva vida de Meghan Markle y el príncipe Harry en California no ha terminado de proporcionarles la tranquilidad y privacidad que tanto pesaron en su decisión de abandonar sus deberes como miembros en activo de la monarquía británica, ya que al escrutinio mediático se han sumado también los dolores de cabeza por su seguridad.
Según los documentos oficiales del departamento del sheriff de Santa Barbara, que se han hecho públicos ahora, los agentes han respondido a nueves llamadas realizadas desde el hogar de los todavía duques de Sussex, en Montecito.