Meghan Markle y el príncipe Harry revelaron durante su entrevista con Oprah Winfrey que habían vivido una situación de racismo dentro de la familia real, asegurando que había "preocupantes conversaciones sobre cuán oscura podría ser el color de piel de Archie Harrison cuando naciera".
La pareja no especificó quién había hecho el comentario, pero más tarde la famosa presentadora aclaró que no se trató de la reina Isabel II ni de su esposo, el duque de Edimburgo. Así que de inmediato, los medios intuyeron que se trataba del príncipe Carlos, quien se siente decepcionado de las declaraciones de su hijo menor y su nuera.