Meghan Markle destapa racismo en la familia real e intenciones de suicidio
La ex actriz le reveló a Oprah Winfrey cómo conoció a la reina Isabel II, sus conflictos con Kate Middleton y la preocupación de la Casa de Windsor por el tono de piel que tendría Archie Harrison.
El 20 de noviembre de 1995 la princesa Diana se sentó frente a las cámaras de la BBC, mientras el periodista Martin Bashir la guiaba para hablar con el "corazón en la mano" y revelar al público en el mundo entero su vida antes, durante y después de su matrimonio con el príncipe Carlos.
Aquella conversación es considerada una de las más honestas, pero le pasó la mayor factura posible a 'Lady Di'; la reina Isabel II decidió que un divorcio era "urgente" y se los pidió a su nuera y a su hijo, algo histórico ya que el trono británico (a excepción de Enrique VIII) no puede ser ocupado por alguien que disuelve su matrimonio.
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El resto es historia, la dolorosa muerte de Diana el 31 de agosto de 1997; el "rehacer su vida" del príncipe Carlos al lado de la mujer que amo siempre, Camila —hoy duquesa de Cornualles—, y las bodas de sus dos hijos: el príncipe William con Kate Middleton y la del príncipe Harry con la actriz y mulata Meghan Markle.
Considerada al inicio como una bocanada de aire que mostraría la apertura de la Casa de Windsor, al recibir a una mujer con ascendencia afroamericana, pero al final hizo lo impensable; pedir el apoyo de su esposo, Harry, para dejar atrás todo el protocolo, las interminables obligaciones y las duras críticas que recibió y lo sigue haciendo.
Sin títulos nobiliarios, en Estados Unidos y con el apoyo total de su pareja, quien no dudó en renunciar a todo —incluido el trabajo que le valió alcanzar altos honores en el ejército de su país, institución a la que ama—, Markle se sentó con Oprah Winfrey, para como 'Lady Di', hablar abiertamente e, incluso, reveló el sexo de su próximo hijo.
La bomba televisiva arrancó con la famosa periodista poniendo en contexto que cerca de dos billones de personas vivieron o vieron a través de las pantallas la boda real de Meghan y Harry, por lo que "todo parecía un cuento de hadas… hasta que decidieron dejar sus obligaciones reales".
Así comenzó la entrevista que puso a temblar al Palacio de Buckingham en nuestro siglo, y por segunda ocasión en la era moderna. Desde el arranque Meghan dejó en claro que no les pagaron por la entrevista (tal parece que sabían que se generarían titulares aludiendo una compensación de siete millones de dólares por hablar).
Meghan explicó que entró a la familia real británica con "ingenuidad", ya que no pensó mucho en lo que significaría casarse con un príncipe, no logró entender, enfatizó, cuál sería su trabajo ni lo que significaba ser un miembro de la realeza. El día de su boda fue incluso una incógnita para ella: "No había forma de entender cómo iba a ser", dijo.
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Del día en el que conoció a Isabel II, Markle recordó que fue después de un servicio religioso. Harry le dijo que era hora y le preguntó acerca de si sabía cómo mostrarle su cortesía, algo que sorprendió a la actriz. Su reverencia fue muy "marcada" (quien no es británico no debe exagerarla o puede tomarse como una grosería a la reina).
Ese desliz, 'Lilibeth' lo pasó por alto, charlaron y la reina mostró su lado "más encantador y fácil", aceptó Meghan. Pero esos fueron buenos tiempos, Oprah entró a la parte complicada desde que Markle llegó a Reino Unido, a pesar de que su recibimiento fue cálido, las cosas cambiaron muy pronto.
¿La estocada final?
Es prematuro para augurar si todo lo dicho hasta ahora por Meghan se sumará al descontento generalizado que revivió al ver nuevamente el trato que recibió Diana Spencer de esa misma institución, gracias a 'The Crown', pero es grave saber que entre la familia había preocupación por el tono de piel de Archie.
Que Kate Middleton fue en realidad quien hizo llorar a Meghan y no al contrario, como se había publicado; que desde su embarazo se platicó que Archie "no sería parte de la tradición" porque le negaron el título de príncipe, que todos los nietos de Isabel II tienen, y algo aún todavía más grave, Markle tuvo pensamientos suicidas.
Meghan mencionó que fue "silenciada" por la monarquía británica, especialmente cuando intentaba defenderse de alguna publicación en su contra: "Todos a mi alrededor me decían que debía responder, 'sin comentarios'". Tal fue el caso de la historia de que Kate había llorado por su culpa y fue al revés, por la vestimenta de sus pajes.
"¿Qué vamos a hacer?", recordó Markle que se preguntó al ver la negativa del Palacio de Buckingham a ayudarla o incluso a las peticiones que hacía Harry. De lo más doloroso fue saber que le negarían a su hijo el título que por derecho le correspondía y Oprah la cuestionó si se trató de una cuestión de raza.
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En los meses mientras estuve embarazada hubo conversaciones en las que dijeron que Archie no tendría seguridad porque no sería príncipe y expresaron su preocupación de si tendría un color de piel oscuro (…) No podría decir con quien tuve la conversación porque sería muy dañino para ellos
Meghan Markle, actriz
La histrión aceptó que no quiso hablar con Harry de lo que estaba pasando porque sentía remordimiento "por todo lo que había sufrido". Entonces decidió hacerle frente a la situación y cuidar su salud mental, por lo que una vez más pidió ayuda, pero la respuesta fue negativa otra vez.
"No podemos hacer nada para protegerte", le informaron, entonces Markle reveló que pensó: "Ya no quiero estar viva", con eso se imaginó que "se resolvería todo". Winfrey, sorprendida, la cuestionó: "¿Tenías pensamientos suicidas?", a lo que ella respondió, "sí, era muy claro". Entonces pidió ir a un hospital para recibir ayuda psicológica.
"Estuve a punto del suicidio (…) No sé cómo pueden esperar que después de todo este tiempo sigamos callados si hay un rol activo de 'The Firm' para desprestigiarnos. Si hay riesgo de perder algo más, ya mucho está perdido", confesó Meghan, quien aún, aseguró tiene cierta fe.
"Mi esperanza es que la gente sepa que hay otro lado y que vale la pena vivir", enfatizó Markle, quien soltó que si decidieron poner en marcha el 'Megxit' y concretarlo fue porque pidieron ayuda a todo el mundo y nadie quiso ofrecérselas: "La familia tiene una mentalidad de que 'todos hemos pasado por ahí'".