A principios de este año se dio a conocer que Samantha Markle , la media hermana de Meghan Markle estaba por publicar un libro donde contaría “verdades ocultas” sobre la relación interna en la familia Markle, pero ahora que salió a la venta en Estados Unidos ya se revelaron los primeros fragmentos de The Diary of Princess Pushy’s Sister Part 1.
De acuerdo con la revista Newsweek, la media hermana de la duquesa de Sussex describió en uno de los capítulos del libro se describe cómo Thomas y Samantha Markle ayudaron a manipular unas fotos de paparazzi, que derivaron en la ausencia del ex director de iluminación en la boda real con el príncipe Harry.
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“Recibí una llamada de alguien que se ofreció a conectarme con un amigo fotógrafo llamado Jeff Rayner, quien prometió tomar fotografías discretas de mi papá, poniéndolo de una manera honesta, porque otros fotógrafos habían sido tan despectivos, intencionalmente”, explica Samantha en su libro.
“No recibí dinero por el trato de mi solicitud, y la meta de mi papá no era el dinero, porque había estado rechazando entrevistas por 50 mil dólares. Solo estaba permitiendo que la realeza y el mundo lo vieran con una luz adecuada, porque estaba horriblemente etiquetado y fotografiado”, añadió.
“El fotógrafo dijo: ‘No te preocupes, cuidaré bien a tu papá y nadie lo verá”, dijo Samantha, quien también le pidió al fotógrafo que fuera discreto y que se mantuviera al menos a 100 metros de su papá, cosa que no sucedió.
El fotógrafo Jeff Rayne de la agencia Coleman-Rayner y Thomas fueron captados por CCTV mientras preparaban una sesión de fotos en el cibercafé Omega, ubicado cerca de la casa del papá de Meghan en Rosarito , Baja California. Las imágenes aparecieron en el diario británico Mail on Sunday, poco después de que el palacio de Kensington emitiera una advertencia a los periodistas para que respetaran su privacidad.
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“Cuando vi algunas de las fotografías, me encantaron, hasta que vi un artículo que decía que él montaba las fotografías. Casi me atraganté cuando vi las fotos del fotógrafo caminando a un metro de mi papá, como se ve en la cámara de vigilancia de un cibercafé. Tenía la garantía de que no sería visible, y estoy segura de que él sabía que la cámara estaba allí, en el techo, así que me sentí como si me hubieran puesto un cebo y también mi papá”, se lee en el libro de memorias de Samantha.