En marzo del año pasado cuando inició la pandemia por el Covid-19, la reina Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo se trasladaron al Castillo de Windsor para aislarse y evitar un contagio, pero ahora, casi un año después se reveló que esta situación ayudó a que la soberana de 94 años pudiera descansar un poco tras más de seis décadas a la corona.
Una fuente cercana a Isabel II dijo a la revista People que muy probablemente la reina está encantada de no tener la presión de un calendario de eventos públicos.