Lady Amelia Windsor, sobrina nieta de la reina Isabel II, sorprendió a sus seguidores al publicar en Instagram una fotografía que deja al descubierto el tatuaje que tiene en la espalda.
En la foto, la nieta del duque de Kent, quien también es modelo, aparece llevando un top que deja a la vista un tigre en blanco y negro. “El tigre siempre me cubrió la espalda”, describió.
Ese tatuaje no es el único que tiene la joven de 25 años, tiene uno en la muñeca y otro en el torso. Lady Amelia es conocida por su pasión por la moda; antes de la pandemia es común verla en los front rows de los desfiles mundiales.
Lady Amelia Widsor no es la única royal con tatuajes a la vista, la princesa Sofía de Suecia también tiene. Aunque la esposa del príncipe Carlos Felipe se borró, por imposición de los reyes Carlos Felipe y Silvia, una flor que tenía, todavía conserva un símbolo tribual en forma de sol en la nuca, mismo que nunca ha tenido reparo en mostrar públicamente, incluso, el día de su boda.
El príncipe Federico de Dinamarca, heredero al trono, también tiene un par de tatuajes. Uno es un símbolo nórdico en el hombro y el otro un tiburón que tiene en la pierna derecha que queda al descubierto cada verano durante las numerosas competencias deportivas en las que participa.
Ambos diseños tienen un gran significado para él: “No es una moda, son dos tatuajes que simbolizan y representan los momentos de mi vida más significativos: mi estancia en el cuerpo de buceadores y mi viaje a través del norte de Groenlandia con 14 perros y un trineo”, explicó el príncipe según informa el portal Vanitatis.
Los miembros de la familia Grimaldi también son fans de los tatuajes. Andrea Casiraghi, el hijo mayor de Carolina de Mónaco, tiene un dibujo enorme en el costado. Mientras que su tía, la princesa Estefanía, tiene tres tatuajes: uno en la muñeca, otro en la espalda y en el empeine. Al igual que ella, sus tres hijos, Louis, Pauline Ducruet y Camille Gottlieb, también han experimentado con este tipo de arte corporal.
