Charlene de Mónaco, esposa de Alberto de Mónaco, se ha caracterizado por romper varios cánones reales, pero su último cambio de look es probablemente el más desafiante: la princesa decidió lucir la mitad de su cabeza completamente rapada.
Charlene está robándose las miradas de Mónaco, no sólo por su conocido altruismo, sino por mostrar una vez más que a ella los estereotipos no le van.