La princesa decidió refugiarse en Suecia donde había vivido hasta su boda con el príncipe Olaf, heredero al trono de Noruega. Por alguna razón, Marta no fue bien recibida en su país natal, donde su presencia comprometía la neutralidad de Suecia frente a los nazis. Así que la mujer de entonces 28 años tuvo que llevarse a sus hijos a Estados Unidos, tras una invitación del presidente Franklin D. Roosvelt, un buen amigo tanto de ella como de su marido, el príncipe Olaf, desde una visita oficial en 1939.
Marta y sus tres niños se instalaron en la Casa Blanca , mientras que el príncipe heredero y su papá, el rey Haakon VII se trasladaron a Londres tras el exilio de su país. En ese momento, según la serie, la relación entre la princesa y el presidente se hizo más cercana, hasta el punto de convertirse en una relación romántica, que, por cierto, cambió el rumbo de la historia actual.
Mientras que en cualquier libro de historia se le atribuye a Winston Churchill haber convencido a Franklin D. Roosvelt para que Estados Unidos combatiera a los nazis, la realidad según Atlantic Crossing es que fue la princesa Marta quien lo consiguió.
“En sus encuentros con el presidente Roosevelt, la princesa sabía introducir temas sobre los que quería que él se posicionara y, al final de la conversación hacerle creer que fue idea suya”, explicó Alexander Eik, director de la serie durante una presentación de la serie.
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