Antes de casarse con el príncipe Carlos, Diana Spencer era una joven normal como cualquier otra de su edad, en ese entonces vivía en un departamento en Londres junto a un grupo reducido de amigas, de quienes poco se sabe y junto a quienes vivió “el momento más feliz de su vida”, según el experto en realeza Andrew Morton.
En 1979, Diana de Gales tenía 18 y se mudó a un departamento de tres habitaciones en el lujoso distro de Kensington, ubicado al oeste de Londres. La propiedad fue adquirida por los papás de la futura esposa del príncipe Carlos para ella y su hermana mayor, Sarah Spencer, quien ese entonces trabajaba en bienes raíces y tenía un romance con el heredero al trono británico.