Cuando Meghan Markle y el príncipe Harry se mudaron de Beverly Hills a Santa Bárbara, eligieron la mansión de Montecito que han convertido en su hogar por la privacidad que les ofrecía al encontrarse en una zona de montañas con vistas al mar. Sin embargo, esas características, que les protege en parte del acoso de los paparazzi, también tiene sus inconvenientes, principalmente la fauna salvaje.
El matrimonio recibió un aviso de las autoridades acerca de la presencia de un puma de montaña que recientemente atacó a un pastor alemán en una de las viviendas de la zona, situada a menos de tres kilómetros de su residencia de 11 millones de dólares.