La justicia le sonrió a la hija ilegitima, pero aceptada del rey Alberto de Bélgica; Delphine Böel ganó una batalla legal que está llegando a su final, tras la decisión del Tribunal de Apelación en el que la escultura se presentó el pasado 10 de septiembre para reclamar algunos privilegios por ser descendiente directa del monarca de su país.
La mujer de 52 años logró dos de sus peticiones que se pueden considerar fundamentales; primero: será llamada a partir de hoy la princesa Delphine de Bélgica, además de que ya tiene derecho de utilizar el apellido de la Casa Real, el Sajonia-Coburgo-Gotha.