Una semana después de que se diera a conocer que Ernesto de Hannover había tenido una pelea con la policía y como consecuencia había sido ingresado a una clínica psiquiátrica, ahora volvió a protagonizar un altercado con la ley que casi termina en los golpes.
El lunes de esta semana, el príncipe Ernesto se presentó en la comisaría de policía de Sharnstein -ubicada a unos 15 kilómetros de la finca donde vive- con un bate de béisbol guardado en una bolsa. Su intención era golpear a los agentes que días antes lo habían detenido, y según su declaración lo habían atacado.