Hay una fobia que el príncipe William heredó de su bisabuelo, el rey Jorge VI, quien tenía miedo a hablar en público debido a su tartamudez, y aunque el duque de Cambridge no tiene esta condición ha sufrido ansiedad a la hora de pronunciar sus discursos públicamente.
En un documental sobre la salud mental, un tema en el que siempre ha estado muy interesado, el príncipe confesó esta particular situación y cómo lo superó.
Aunque todavía no haya llegado al nivel de su padre, el príncipe Carlos , o de su tía, la princesa Ana, que acuden cada uno a más de 500 actos al año, no cabe duda de que a estas alturas de su vida, el príncipe William cuenta con una gran experiencia hablando en público por su labor institucional de representación de la monarquía.
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Sin embargo, hubo una época en la que el nieto de la reina Isabel II se ponía muy nervioso de cara a sus apariciones públicas, especialmente si se esperaba que dijera algunas palabras.
"Siempre quieres que salga todo bien y no 'meter la pata' porque hay mucha gente pendiente de lo que vas a decir y, además, puedes ver a algunas personas justo delante tuyo", confesó en el documental Football, Prince William and our Mental Health.
Eventualmente empezó a ser capaz de relajarse y, en retrospectiva, lo asocia a un curioso detalle: el deterioro de su vista, que le permitía engañarse a sí mismo fingiendo que no había un sinfín de personas mirándolo fijamente.
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"Comencé a ver cada vez peor con la edad, antes no usaba nunca lentes de contacto cuando estaba trabajando, así que cuando hablaba en público en realidad no podía distinguir a nadie. Me ayuda porque sólo veo un montón de caras borrosas y no puedes establecer contacto visual.
"A ver, puedo ver lo suficiente para leer los papeles que tengo delante y cosas así, pero no puedo ver con claridad toda la habitación. Eso es algo que me ayudó mucho a lidiar con mi ansiedad", explicó William.
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El objetivo de este documental es terminar con el tabú que existe entre la población masculina a la hora de hablar de sus emociones y problemas mentales. De acuerdo con el príncipe, el estigma que existe sobre la salud mental pudo deberse a las dos guerras mundiales, “una época que hizo que la generación de mi bisabuelo internalizara muchos de sus problemas, porque lo único que querían era seguir adelante con sus vidas”.
“Tenemos que ser capaces de ser más abiertos y hablar de nuestros asuntos, antes de que lleguen a un punto en el que empiecen a dañar nuestras relaciones personales, nuestro trabajo y todo lo que hay a nuestro alrededor”
Anteriormente, William ya había hablado públicamente sobre otros problemas personales, por ejemplo, el trauma que sufrió en su etapa como piloto de ambulancias aéreas o hace unos días que contó cómo lo marcó la muerte de su mamá, la princesa Diana y lo que vivió cuando se convirtió en papá.