Los 10 mandamientos de una mamá 'royal' (aunque a veces fallen)
Ellas son como cualquier madre tratando de educar a sus hijos, a veces lo consiguen, otras no tanto. Así como en casa, tampoco en palacio es todo perfecto.
La princesa Charlotte, algunas veces, ha puesto en apuros a Kate Middleton.(Tim Rooke/Shutterstock/Tim Rooke/Shutterstock)
Erika Roa
Ellas son como cualquier madre tratando de educar a sus hijos, a veces lo consiguen, otras no tanto. Así como en casa, tampoco en palacio es todo perfecto.
1. No saques la lengua y menos en público.
En la Copa del Rey celebrada en agosto del año pasado, Charlotte de Cambridge sorprendió a todos cuando sacó la lengua a su abuelo Michael frente de la zona de prensa, por lo que muchos pensaron que la travesura era para los medios. Lo único que le quedó a Kate Middleton, su mamá, fue reírse y llevarse rápidamente a la niña.
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Felipe Juan Froilán patea a otra niña del cortejó nupcial en plena transmisión en vivo.(Especial)
2. No golpes a los pajes en la boda real.
En la boda de Felipe y Letizia de España, en mayo de 2004, su sobrino Felipe Juan Froilán pateó y empujó a otros niños que formaban cortejo en plena transmisión en vivo. Su mamá, la infanta Elena, no sabía dónde meterse.
La princesa Estelle de Suecia.(IBL/Shutterstock/IBL/Shutterstock)
3. Se solidaria y empática con el sufrimiento de los demás.
Si hay una princesa bien portada en toda Europa esa es Estelle de Suecia. Con 8 años, saluda con un "corto, corto, largo, largo" perfecto, aguanta actos oficiales maratónicos con una gran sonrisa y participa en eventos benéficos. Por supuesto no tuvo reparo en subirse a una silla de ruedas en el Pep Day en septiembre de 2019, para entender mejor cómo viven los niños discapacitados.
La princesa Charlotte.(Tim Rooke/Shutterstock/Tim Rooke/Shutterstock)
4. Agradece el cariño y los detalles que la gente te da.
En la Navidad pasada, una joven que se acercó como muchos otros ingleses a la capilla de Sandringham para saludar a la familia real, le regaló un flamenco a la princesa Charlotte de Cambridge. Aunque al principio se sorprendió, respondió con un gran abrazo. La duquesa de Cambridge ha hecho un gran trabajo.
La pequeña Leonore sale descalza de la capilla donde fue el bautizo de su hermana menor.(Utrecht Robin/Action Press/Shutterstock/)
5, No te descalces en pleno bautizo real.
En 2018 en el bautizo de la princesa Adriana de Suecia, su hermana mayor, Leonore se quitó los zapatos y ni su mamá, la princesa Madeleine, ni nadie más logró convencerla de que se los pusiera nuevamente.
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Los príncipes Christian y Vincent de Dinamarca.(Tim Rooke/Shutterstock)
6. No juegues a las guerritas con tu hermano en un acto oficial.
El protocolo se rompe fácilmente con una riña de hermanos, como sucedió con los príncipes Cristian y Vincent de Dinamarca en una ceremonia en las Islas Feroe, en agosto de 2018.
Mia Tindall.(Shutterstock.)
7. Una princesa no se avienta en el brincolín.
Mia Tindall, nieta de la princesa Ana de Inglaterra, es temeraria y muy divertida. Ella ama el brincolín y no le importa perder el estilo aún frente de las cámaras. El verano pasado lo dejó claro.
Alberto de Mónaco con su esposa Charlene y sus dos hijos Jacques y Gabriela.(Pascal Le Segretain/Getty Images)
8. Disimula tu aburrimiento en un desfile.
El heredero al trono de Mónaco, Jacques Grimaldi, con cinco años hizo su mejor esfuerzo por disimular su desgano en el desfile del Día Nacional, en noviembre del año pasado. Por más que lo intentó no lo consiguió.
Savannah Phillips calla a su primo, el príncipe George. (Shutterstock/Shutterstock)
9. No le calles la boca al futuro rey.
En el desfile Trooping the Colour 2018 la bisnieta de Isabel II, Savannah Phillips, no tuvo problema en taparle la boca a su primo George, futuro rey de Inglaterra. Por supuesto Savannah no tiene ni idea de ello. Al que parece que no le gustó nada la travesura fue al príncipe William y la mamá de Savannah, Autumn Phillips, seguro que se disculpó más tarde.
Losc(Shutterstock.)
10. No te chupes el dedo en público.
El príncipe Louis de Cambridge es muy pequeño para entender que no se puede llevar el dedo a la boca en un acto oficial, por más que lo trate de impedir mamá Kate.
