Desde hace más de un mes, la reina Isabel II y su esposo Felipe, duque de Edimburgo, se encuentran confinados en el Castillo de Windsor, como parte de las medidas establecidas por las autoridades de la salud para evitar la propagación del contagio de coronavirus.
Aunque tienen más tiempo para estar juntos, que Felipe sea el principal soporte de su majestad británica no es nuevo, durante los 72 años que tienen de casados, el duque de Edimburgo ha sido su confidente y es quien la aconseja cuando es necesario, sobre todo ahora que pasa por momentos complicados.