Se trata del primer contacto de la esposa del príncipe Carlos con esta disciplina y, aunque ha detectado cierta mejoría en los últimos meses, a sus 72 años se considera una novata que nunca dejará de serlo.
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"Cuando estamos en Londres nos reunimos una vez a la semana y ha marcado una diferencia increíble. Siempre me ha gustado bailar, pero nunca había probado el ballet", confesó Camila en una videollamada que ha mantenido con la presidenta de la Royal Academy of Dance, Darcey Bussell, para promover la iniciativa 'Silver Swans', que trata de animar a los mayores de 55 años a adentrarse en el mundo del ballet a través de clases impartidas de manera online.
Camilla, que acaba de ser nombrada vicepatrona de la RAD, descubrió este proyecto en 2018 durante una visita a sus instalaciones en Battersea (Londres), y pese a su escepticismo inicial, quedó tan impresionada con la gracia y la elegancia de los bailarines que se animó a darle una oportunidad a la idea.
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"Al principio pensé que sería muy divertido y que me reiría mucho viéndonos a todos tropezar y perder el equilibrio, pero tienes que concentrarte tanto que no te queda tiempo para fijarte en los demás. Cuando estoy ahí de pie lo único en lo que pienso es: 'Relaja los hombros, respira hondo, mantén la postura'. Son pequeñas cosas que se van grabando en tu memoria", dijo la duquesa de Cornualles. "Puede que acabes tosiendo y quejándote hacia el final, pero te sientes mucho mejor. Y es muy divertido".
A lo largo del período de aislamiento, tanto Camila como Carlos -que se encuentran en su residencia de Escocia- están tratando de mantenerse activos realizando al menos diez minutos de ejercicio físico cada día porque, de lo contrario, "en unas semanas no seríamos capaces ni de levantarnos de la cama".
"Yo hago un poco de Pilates y las clases de Silver Swans. Y trato de caminar mucho, porque me encanta", añadió.