Tras darse a conocer el fin de semana pasado que el rey Felipe VI de España había rechazado la herencia que le dejará su papá, Juan Carlos, el portal Vanitatis llegó a la conclusión de que la decisión se puede tratar de un montaje para desviar el foco de atención de la fortuna de Álvaro de Orleans-Borbón, primo del monarca y a quien se acusa de ser su prestanombres.
De acuerdo con el medio español, el renunciar a la herencia se pudo haber tratado de una estrategia de marketing para mejorar su imagen, y es que, según las leyes españolas, "toda renuncia o transacción sobre la legítima futura entre el testador y sus herederos forzosos es nula, y éstos podrán reclamarla cuando muera aquél; pero deberán demostrar lo que hubieran recibido por la renuncia o transacción". según el artículo 816 del código civil.