Desde que se dio a conocer que Meghan Markle y el príncipe Harry ya no formarían parte de los miembros de alto rango de la familia real, una de las principales incógnitas era quién se encargará de su seguridad. A poco más de un mes del anuncio trascendió que Scotland Yard ya no podrá hacerse cargo de esa función.
De acuerdo con algunos expertos en el tema, los constantes viajes al extranjero de los duques de Sussex, para establecer su propia marca o relaciones de trabajo, provocarían que el costo se elevara a los 20 millones de libras por año.