La semana pasada se dio a conocer que Meghan Markle y el príncipe Harry ya no podrán usar la palabra royal en sus proyectos, incluyendo su marca registrada y su fundación.
Pero por radical que parezca esta decisión, ellos no son los únicos que han pasado por algo igual, la princesa Diana vivió algo similar cuando firmó el divorció con el príncipe Carlos, en 1996, y fue el príncipe William quien trató de consolarla de la manera más tierna.