Aunque pareciera que la reina Isabel II es "ajena" a algunas situaciones cotidianas, ella misma reveló que durante su infancia pasó por algo muy común. Durante su visita a los Reales Hospitales Nacionales de Bloomsbury, la monarca tuvo una conversación con una niña, a quien le estaban colocando brackets.
Con la intención de darle ánimos, Isabel II confesó que ella también los utilizó: "Afortunadamente fue hace mucho tiempo. Creo que al final vale la pena", publicó el diario británico The Telegraph.