La decisión de los duques de Sussex de abandonar su posición como miembros del núcleo duro de la familia real británica para dejar de representar a la reina Isabel II en actos oficiales y alcanzar una muy anhelada independencia económica dejó en el limbo a sus antiguos empleados.
Los duros estragos que ha causado el Megxit en Buckingham
A poco de casarse, el matrimonio se distanció física e institucionalmente de los duques de Cambridge estableciendo un centro de operaciones independiente del que hasta entonces había gestionado las agendas públicas y los asuntos personales tanto del príncipe Harry como de su hermano William desde el palacio de Kensington.
Ahora que se ha hecho evidente que Harry y Meghan se encuentran muy cómodos en su nuevo hogar en Canadá, salta a la vista que no seguirán necesitando la misma cantidad de personal basado en Reino Unido y haría semanas que ellos mismos informaron en persona a los quince empleados de su antigua oficina -que dependía directamente del palacio de Buckingham- del cambio que se avecinaba, es decir, que ya no les necesitaban.
Según el periódico Daily Mail, entre quienes se han quedado sin empleo se encuentran su secretaria privada Fiona Mcilwham y su jefa de comunicación Sara Latham.
Se espera que uno o dos miembros de su equipo con más antigüedad se integren en el personal de la monarquía en nuevos puestos de trabajo y que la pareja decida contratar a otro par para que les acompañe en su nueva aventura, pero el resto estaría negociando las indemnizaciones por despido.
Por otra parte, el diario británico Mirror dio a conocer ayer que el príncipe Harry se encuentra en negociaciones para trabajar con el gigante bancario Goldman Sachs como expositor en conferencias que organiza en todo el mundo.
Al parecer, y de acuerdo con el diario, las negociaciones entre el royal y esta institución bancaria comenzaron desde noviembre pasado, cuando los Sussex viajaron a Canadá para supuestamente descansar del acoso mediático.