Los duques de Sussex abandonaron la familia real británica y su hogar familiar en Frogmore Cottage, cerca del castillo de Windsor, en busca de la tranquilidad que esperaban que pudiera proporcionarles Canadá, donde pasaron gran parte de las vacaciones navideñas.
El gran gesto de los nuevos vecinos de Meghan y Harry
Aunque los paparazzi siguen intentando obtener imágenes de la pareja disfrutando de su nueva vida, sus vecinos de la isla de Vancouver parecen haberse propuesto ponerles las cosas difíciles negándose a comentar detalles de las rutinas diarias de los royals.
Según ha explicado una fuente al portal Entertainment tonight, los propietarios de varios negocios han colgado carteles en sus puertas informando que la prensa no es bienvenida.
Además, cientos de curiosos que han visitado la zona con la esperanza de cruzarse con Harry y Meghan han alterado la tranquilidad habitual a la que estaban acostumbrados hasta ahora.
Pese a la buena voluntad de los vecinos de la exclusiva comunidad de North Saanich donde se han instalado, el nieto de Isabel II y su esposa han decidido reforzar las medidas de seguridad en torno a su mansión colgando una lona gigantesca entre los árboles que protegen la propiedad de miradas indiscretas, bloqueando la visibilidad desde la puerta de entrada con otra y colocando cámaras de seguridad a lo largo del perímetro, como demuestran las imágenes que ha obtenido el portal TMZ.