Durante seis semanas la isla de Vancouver fue el refugio en el que Meghan Markle y el príncipe Harry, además de descansar, decidieron que era momento de poner en marcha su plan de dejar de ser miembros senior de la Casa de Windsor, lo que ha provocado una "revolución" en la monarquía del Reino Unido.
El lugar en el que los duques de Sussex encontraron la fuerza necesaria para visualizar su nuevo rol en la corona británica fue una mansión que tiene por nombre Mille Fleurs, acondicionada con ocho habitaciones, 10 baños y dos playas. Es propiedad del cofundador del estudio cinematográfico Lionsgate, Frank Giustra.