El tiempo no pasa en balde, ni siquiera para la monarca británica. Aunque Isabel II sigue haciendo gala del mismo carácter enérgico y disciplinado a la hora de desempeñar sus compromisos oficiales, a sus 93 años era de esperar que los achaques propios de la edad comenzaran a hacerse cada vez más evidentes.
En medio de la crisis, se destapa posible problema de sordera de la reina Isabel
Este domingo por la mañana, por ejemplo, fue vista por primera vez utilizando un aparato auditivo en público mientras acudía a un servicio religioso en Sandringham. El discreto dispositivo, de color rojo y marrón, apenas resultaba visible en su oreja derecha bajo un sombrero beige adornado con plumas y a juego con su abrigo, y los medios británicos no han tardado en señalar que se trata del tipo de audífono que se recomienda a quienes solo sufren una pérdida leve del sentido del oído. Su marido el príncipe Felipe lleva usando otros bastante menos discretos desde hace por los menos un lustro.
La reina Isabel II llegó a la iglesia St Mary Magdalene a bordo de un coche y saludó brevemente con un gesto de la mano a los curiosos que se habían congregado para darle la bienvenida sin realizar en ningún momento algún gesto que dejara traslucir la situación tan delicada a la que se enfrenta.
Se espera que este mismo lunes se reúna en su propiedad de Norfolk con su hijo el príncipe Carlos y sus nietos, los príncipes William y Harry, para hablar de la salida de este último del núcleo duro de la familia real que su esposa y él anunciaron por sorpresa la semana pasada. La duquesa de Sussex también participará en la conversación vía llamada telefónica desde Canadá, donde regresó hace unos días para reunirse con su pequeño Archie.
El hecho de que Isabel vaya a presidir este encuentro, previsiblemente con la misma mano de hierro con que ha controlado la monarquía durante más de seis décadas, demuestra que sigue al pie de cañón pese a su avanzada edad.