La reina Isabel II se ha impuesto una vez más, para que nadie se olvide de que ella sigue siendo la cabeza de la Casa de Windsor ha decidido atender de manera personal la crisis que generó la decisión del príncipe Harry y de su esposa, Meghan Markle, de dejar de ser miembros seniors de la familia real.
Para "resolver" la situación la monarca de Reino Unido ordenó sus nietos los príncipes Harry y William, así como a su hijo Carlos, príncipe de Gales, acudir a una reunión en su casa de campo en Sandringham, Norfolk, el lunes 13 de enero, confirmó una fuente interna del Palacio de Buckingham.