La cena organizada por la reina Isabel con motivo de la cumbre por el 70 aniversario de la OTAN, era una de las citas más esperadas de las últimas semanas, la recepción en el palacio de Buckingham estuvo llena de personajes, sin embargo Kate Middleton fue una de las grandes protagonistas de la noche.
Kate y Justin Trudeau, los protagonistas de la cena de la OTAN en Buckingham
Aunque estuvieron los principales líderes mundiales, el encuentro estuvo también marcado por grandes ausencias, como la de William, quien actualmente se encuentra de gira por Oriente Medio, también estuvieron ausentes el príncipe Harry y Meghan Markle, quienes ya están disfrutando de sus vacaciones. Estuvieron presentes el príncipe Carlos y Camilla, el príncipe Eduardo y la princesa Ana.
La ausencia más marcada fue la del príncipe Andrés, ya que suponía el primer compromiso de esta envergadura en el que no está tras su dimisión por el escándalo Epstein.
La cena se llevó a cabo en el Salón de Estado de Buckingham, que durante la noche se llenó de jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos Justin Trudeau, Emmanuel Macron o Donald Trump, acompañado de Melania, quien eligió un imponente look en amarillo.
Uno de los elementos protagonistas de la noche, aunque sea de pequeño tamaño, fue el broche escogido por la reina Isabel II para la cita. A nadie le pasó desapercibido que la monarca lució el que le regaló el matrimonio Obama durante una visita de Estado a Reino Unido.
Se trata de un adorno en forma de la característica lágrima de estampado paisley, realizado en flores de ágata de musgo. Teniendo en cuenta la extensa colección de broches que tiene la reina Isabel, pocos creen que la elección haya sido una casualidad, y algunos hasta piensan que es un mensaje para el presidente Trump, ya que también lo lució en una de anteriores visitas del político y empresario al país.
Sin embargo el canadiese Justin Trudeau dio lugar a otro de los detalles más comentados del evento, aunque para mal, pues la elección de zapatos marrones no fue muy acertada, además llevaba unos curiosos calcetines con renos, lo que llamaba aún más la atención.
Aunque no mencionan su nombre, hablan del retraso con el que Donald y Melania Trump llegaron a Clarence House unas horas antes, para una reunión con el príncipe Carlos y Camilla Parker-Bowles. Nada menos que 40 minutos tarde, algo que no es bien visto en Reino Unido. Y da la casualidad de que no es la primera vez que el presidente estadounidense hace esperar a un miembro de la familia real.