A mediados del verano, una olla de presión explotó al revelarse que el príncipe Andrés estaba involucrado en el delito de explotación sexual a menores de edad, junto con su amigo, el fallecido empresario Jeffrey Epstein.
Desde entonces, el duque de York no ha dejado de estar en la mira de los medios de comunicación, que poco a poco han revelado más detalles y se creado una bola de nieve que, además de terminar con su carrera como royal, ha puesto en jaque a la reina Isabel II. Incluso hay quienes aseguran que este hecho pondría en peligro la monarquía.