El 31 de agosto de 1997, el Reino Unido y el mundo entero amaneció con una noticia que paralizó a la sociedad: A sus 36 años de edad, la princesa Diana había muerto en la madrugada en un sospechoso accidente automovilístico en París, Francia.
Diana de Gales había firmado un año antes -el 28 de agosto de 1996- los papeles de divorcio con el príncipe Carlos . Desde entonces, la "guerra de los Windsor" era seguida con precisión por los medios de comunicación británicos.