Hoy es el segundo día de actividades de un gira de 10 por África y los Duques de Sussex parecen sentirse mejor que en casa.
Este martes se reunieron con un grupo de jóvenes surfistas en Monwabisi Beach, cerca de Ciudad de Cabo, los cuales son apoyados por la organización benéfica Waves For Change, que en pro de la salud mental utiliza el mar como escape terapéutico de sus comunidades violentas.
La exposición diaria a la violencia y el estrés en África provoca que muchos residentes, especialmente los jóvenes, sufran graves dificultades emocionales y psicológicas. La pareja real se reunió con 25 jóvenes que se preparaban para una actividad en la playa, se unieron a ellos en círculo para recibir un mensaje de bienvenida y, posteriormente, participar en un ejercicio llamado Power Hand que promueve el pensamiento positivo.
Minutos después, en una sesión improvisada de preguntas y respuestas con la prensa, se les preguntó cuál era el problema global en torno a la salud mental y Meghan respondió: “No importa en qué parte del mundo te encuentres, si es una comunidad pequeña o ciudad, todos están lidiando con una versión diferente de lo mismo. A nivel mundial creo que hay una pequeña crisis de conciencia…”.
Por su parte, Harry agregó: “Todos hemos experimentado un trauma o es probable que lo experimentes en algún momento de tu vida”.
Por otro lado, los Duques de Sussex aprovecharon para platicar con el Dr. Thomas Maes, Director del Commonwealth Littter Programe y Loyiso Dunga, un biólogo marino del Sea Change Project que habló del impacto del los microplásticos en el océano y ofreció una demostración en su pequeño laboratorio.
The Sea Change Project es una comunidad de científicos que trabaja para proteger los océanos a través del cine y el periodismo liderados por Craig Foster, una cineasta galardonado.
Antes de terminar el día, los duques también visitaron la cocina de la fundación The Lunchbox Fund, que ayuda a los niños vulnerables a formarse, además de proporcionarles una comida escolar nutritiva todos los días (cerca de 30,000 comidas al día).
No hay duda de que África se ha vuelto la mejor medicina para limpiar la imagen de los Duques de Sussex después del escándalo que generaron los seis viajes en avión privado que realizaron el verano pasado a Ibiza y Francia en pareja, y Harry sólo al Camp de Google en Sicilia para hablar del cambio climático.
A nivel internacional, la percepción de la pareja es vital, pues en el Reino Unido viven una crisis mediática por los gastos excesivos en los que han incurrido el último año. La remodelación de su casa por poco más de dos millones de libras, los viajes llenos de lujo y el armario de alta costura de Meghan han indignado al pueblo inglés.
Hoy parece que con este viaje buscan recomponer los tropiezos del pasado y parece que está funcionando.
Mientras que el fin de semana Meghan Markle lució un espectacular vestido de Valentino en la boda de su amiga Misha Nonoo en Italia, en África la cosa ha sido bien diferente.
Hoy Meghan llevó una chamarra de mezclilla de Madewell de 112 libras y unos sencillos zapatos de Brother Vellies Huaraches Flats de 156 libras (3,770 pesos mexicanos) que ya están agotados. Esta firma de calzado con sede en Nueva York fue creada por la diseñadora Aurora James. Están inspirados en el calzado tradicional africano elaborados con mano de obra local artesanal de Kenia y Marruecos y en la que se utilizan técnicas y estilos que van de generación en generación.
Para completar el look, Meghan optó por una bolsa también de Madewell de 74 libras (1,790 pesos mexicanos).
Esta gira está siendo un éxito para los nietos de la reina Isabel II.
