- 15 minutos de terror -
Los hechos ocurrieron el 26 de septiembre de 2016. Ashraf Eid realizaba obras de renovación en la residencia parisina de la familia real saudita, en la lujosa avenida Foch, cerca de los Campos Elíseos.
El hombre explicó a los investigadores que tomó con su celular fotos de uno de los baños, donde le habían pedido que reparar un lavabo. Pero al darse cuenta, la princesa lo acusó de haber tomado los clichés para venderlos a los medios y llamó a su guardaespaldas.
En una audiencia en julio, el guardaespaldas negó cualquier acto de violencia, pese a los rastros de lesiones en las muñecas y los moretones en el rostro del demandante, al que un médico le prescribió cinco días de reposo.
"Cuando oí a la princesa gritar pidiendo ayuda, fui hacia donde estaban, los vi tomarse de las manos, con el teléfono. Agarré (al obrero), lo controlé, no conocía sus intenciones", explicó Saidi, encargado de la seguridad de la heredera en sus viajes a Europa y Estados Unidos.
Justificó su vigilancia frente a la curiosidad de la prensa rosa y al riesgo de chantaje contra la familia real, para la que trabaja desde hace 20 años.
El obrero describió, en cambio, ante los jueces 15 minutos de terror, durante los cuales la princesa habría dicho "hay que matar a este perro, no merece vivir".
El guardaespaldas, según contó, le habría ordenado también arrodillarse para besar los pies de la princesa. El fontanero pudo finalmente salir del apartamento después de varias horas, pero sin su teléfono.
No es la primera vez que la familia real saudita se enfrenta a problemas con la justicia francesa.