Tras varios días de intensas críticas en redes sociales por elegir un vuelo privado rumbo a sus vacaciones en Ibiza y Niza, Meghan Markle tomó este viernes un vuelo comercial con destino a Nueva York para reunirse con su gran amiga Serena Williams.
De acuerdo con el diario británico Daily Mail, la duquesa de Sussex dejó a su esposo, el príncipe Harry, y a su bebé en casa y viajó de último minuto a Estados Unidos para presenciar el US Open, donde su mejor amiga se disputará la final.
El medio publica que lo más probable es que Meghan haya viajado a Nueva York en primera clase. En cuanto a la duración del viaje, se dice que tiene previsto que regrese a Londres el próximo domingo.
“Es un viaje de último minuto. Está emocionada de apoyar a su amiga y luego volver. Se dice que estuvo pensando en cruzar el Atlántico para asistir a la final en el Arthur Ashe Stadium desde que Williams ganó sus cuartos de final el miércoles”, dijo una fuente a The Times.
Meghan no viaja a Nueva York desde febrero de este año, cuando se reunió con sus amigas más cercanas para celebrar un baby shower previo la nacimiento de su bebé. En ese momento, la ex actriz viajó en un jet privado con su amiga Amal Clooney, quien aparentemente pagó las 13, 277 libras que costó el viaje por hora, ida y vuelta.
“La duquesa tiene un lanzamiento de moda el próximo jueves y luego irá a Sudáfrica en el que será históricamente el primer viaje oficial de Archie. Ella claramente siente que es justo hacer un viaje para ver a su amiga jugar la final antes de volver a ser el centro de atención pública en sus compromisos oficiales”, dijo el experto en realeza, Robert Jobson al portal MailOnline.
Esta misma semana, el príncipe Harry aprovechó su participación en la mesa redonda del programa Travalyst, para aclarar los motivos de su reciente y muy criticado viaje en jet privado: “Viajo en comercial, siempre he viajado en comercial. A menos que sea un tema de seguridad para mí y mi familia. Aunque nadie es perfecto, mi objetivo siempre ha sido tratar de tener un balance y ser responsable del impacto generado por mis viajes, la cantidad de gente que viaja conmigo”, dijo el duque de Sussex.
Esto podría ser un grito desesperado de la pareja real por volver a ganar popularidad entre sus seguidores y eliminar por completo la teoría de supuesta incongruencia entre sus dichos y sus acciones con respecto al cuidado del medio ambiente.
