Todo parece indicar que el graffiti no tiene fronteras, hace unas semanas ocurrió en la columna de Independencia en la Ciudad de México, y ahora, el castillo Windsor también fue “víctima” de esta forma de expresión, sin embargo, es algo que ha hecho enfurecer a la reina Isabel II , al grado de asegurar que se trata de una monstruosidad.
Según el diario Express, la pinta de casi 18 metros y medio tiene plasmada la palabra HELCH y se encuentra en un viaducto ferroviario, muy cerca del castillo y como consecuencia, se ha convertido en un problema para la vista desde la histórica edificación.