Luego de que el nombre del príncipe Andrés apareciera en el caso Epstein, de abuso y explotación sexual , ahora el hijo de la reina Isabel II habló por primera vez para dar una postura al rspecto.
“El duque de York se ha horrorizado por los recientes informes sobre Jeffrey. Su alteza real deplora la explotación de cualquier ser humano y la sugerencia de que permitiera, participaría o alentaría tal comportamiento es aborrecible”, indicó un comunicado publicado por el Palacio de Buckingham.
El príncipe Andrés se vio involucrado en este caso, luego de que el diario Mail of Sunday publicara unas fotografías en las que aparece junto a Jeffrey Epstein y otras en las que el duque se está despidiendo de una mujer, en la puerta de una mansión.
El duque de York fue acusado por Virginia Roberts, quien aparentemente fue obligada a tener encuentros sexuales con él en más de una ocasión. Pero ella no era la única víctima, Joanna Sjoberg también asegura que tuvo relaciones íntimas con el príncipe, de acuerdo con el diario The Guardian.
Por su parte, el Palacio de Buckingham reitera en el comunicado que el tercer hijo de la reina no tiene nada qué ver con el caso Epstein, y calificó las acusaciones de falsas y sin fundamento “Cualquier sugerencia de incorrección con menores de edad por parte de Andrés era categóricamente falsa”.
En julio de este año, Jeffrey Epstein fue arrestado por la policía de Nueva Jersey sin derecho a fianza y acusado de abuso y explotación sexual, a pesar de que él se declaró inocente, cuando llegaba a dicha ciudad en su jet privado.
A pocos días de su detención, Epstein fue encontrado muerto en su celda , mientras esperaba a ser juzgado por el delito de abuso y tráfico sexual. Pero aparentemente, se habría quitado la vida. En caso de que lo hubieran encontraran culpable, el empresario habría pasado 45 años en prisión.
Esta no era la primera vez que se le relacionaba con el tema, en 2008 fue arrestado por algo similar pero tuvo un polémico acuerdo en el que se declaró culpable del delito y pasó 13 meses en prisión domiciliaria que le permitía continuar con su trabajo con normalidad.
