Luego de que hace unos días trascendió que Meghan Markle y el príncipe Harry estaban disfrutando de sus primeras vacaciones en familia, en Ibiza, ahora se ha dado a conocer que este viaje no dejó una buena impresión de los duques de Sussex.
La molestia surgió cuando el diario británico Daily Mail reveló que el vuelo privado en el que llegaron los duques a Ibiza costó 20 mil euros, que salieron del bolsillo de los contribuyentes británicos. Además, la aeronave en la que se desplazaron desde Londres, habría contaminado una cantidad de dióxido de carbono seis veces mayor a la que habría emitido un vuelo regular.