En la Boda Real en Mónaco, Marie Chevallier tiene look nupcial de ensueño

Ayer Marie Chavellier le dio el “¡Si, quiero!” por el civil a su novio de hace siete años, Louis Ducruet — hijo mayor de la princesa Stéphanie de Mónaco—, en el Ayuntamiento del Principado, sin embargo, a las seis de la tarde (hora local) se llevó a cabo, como dicta la tradición en la dinastía Grimaldi, el enlace más importante: el religioso.

Llena de sorpresas la Boda Real destacó el emotivo homenaje que Ducruet y su ahora esposa Marie quisieron rendirles a los abuelos de él, Grace Kelly y Rainier III, ya que se casaron en el mismo lugar que ellos hace 63 años y donde reposan sus restos, la catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción.

Otro de los detalles de ensueño fue el look nupcial de Chevallier, su ajuar fue confeccionado por su cuñada Pauline Ducruet, en el taller parisino Atelier Boisanger. El vestido, que requirió 300 horas de trabajo, fue elaborado de seda de gazar y encaje chantilly, escote tipo barco, con delicados bordados florales en el cuerpo y el amplio ruedo en degradé, y cauda de dos metros.

Un enlace conmovedor

En las fotografías que han llegado desde Mónaco, una es realmente enternecedora, se trata de la primera imagen de la novia, que recorrió la distancia que separa al palacio Grimaldi de la catedral en un automóvil antiguo y al pasar frente a los camarógrafos no escondió su emoción y se secó las lágrimas, algo muy visible ya que no se cubrió con su velo rematado en encaje.

En su segundo enlace, siguiendo la pauta que observaron desde Beatrice Borromeo hasta Tatiana Santo Domingo, se ha mantenido la mayor secrecía posible, sin embargo, se desvelan detalles con la llegada de los royals monegascos a la ceremonia. Otra protagonista fue la princesa Stéphanie, quien llegó del brazo de su hijo Louis, de quien también fue madrina.

La hija menor de Kelly y Rainier III no ocultó su emoción, ya que es muy cercana a su nuera, a quien recibió con los brazos abiertos en el seno de la familia real. Camille Gottlieb fue dama de honor, a la que se unieron en el cortejo las amigas más cercanas de la novia, todas utilizaron vestidos de tono dorado y delicados ramos de flores. Hubo también 10 testigos de honor.

La lista de invitados incluyó al príncipe Albert II, Caroline, princesa de Hanover, y los recién casados Charlotte Casiraghi y Dimitri Rassam, así como Andrea Casiraghi, Tatiana Santo Domingo, Pierre Casiraghi, Beatrice Borromeo, Alexandra de Hanover y su novio Ben-Sylvester Strautmann; además del hermano del novio, Michael Ducruet, que fue el padrino del enlace.