La historia de Juan Carlos I y Corinna sigue entre venganza y corrupción
El escándalo que se desató en 2015, cuando se hizo pública una grabación del encuentro entre Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el comisario jubilado José Manuel Villarejo —en la que la examiga íntima de Juan Carlos I aseguró que éste recibió parte de los 80 millones de euros que generó la comisión por la obra del AVE a La Meca, a través de su abogado Dante Canonica— resurgió.
La Fiscalía Anticorrupción de España solicitó a la Serious Fraud Office (SFO) británica interrogar, por videoconferencia, a Corinna para saber si sostiene la afirmación hecha en la grabación, donde involucró al Rey Emérito en este caso. La razón por la que se solicitó la intervención de las autoridades inglesas, primero es porque Zu Sayn-Wittgenstein vive en Gran Bretaña.
La segunda es porque el departamento no ministerial del gobierno británico también investiga al despacho de Dante Canonica, con sede en Gibraltar, por el lavado de dinero que llegó desde Arabia Saudí por el mismo tren de alta velocidad, en este segunda cuestión también estaría involucrado otro allegado de Juan Carlos I, su presta nombre Álvaro de Orleans.
La defensa de la examiga íntima del Rey Emérito informó que su clienta no ha sido llamada a declarar, pero que “estaría encantada de cooperar con las instituciones españolas y que le gustaría que su voz fuera oída”, aunque mantiene su versión de ella no participó en el acuerdo del tren de gran velocidad AVE.
Aunque el resultado de la investigación por la millonaria comisión del AVE no afectarán legalmente al Rey Emérito, primero por su edad, 81 años, y luego porque cuando se iniciaron, en 2011, todavía tenía inviolabilidad por ser Jefe de Estado, su imagen se seguiría dañando, que para algunos medios como El Español es “la venganza perfecta” de Corinna.
¿Cuál fue el problema entre los royals?
La prensa del corazón ibérica asegura que los problemas entre Corinna y Juan Carlos I iniciaron por la ambición de ella por convertirse en Reina, pero no podía haber otra más que Sofía, por lo que un día fue enviada por Javier Ayuso y Rafael Spottorno a Mónaco, su molestia se hizo pública cuando en su avión privado hizo parada en Madrid desde Botsuana, y se vio su cara.
También quiso acompañar al Rey Emérito al hospital San José, pero no se lo permitieron, tras esta humillación y más aún tras la disculpa pública que pidió el exmonarca tras la llamada Crisis del elefante, se dijo, prometió que se vengaría, ¿será esta infiltración y ahora resurgimiento del escándalo, signo de que cumplió su objetivo?