Surgen detalles del infierno que fue la luna de miel de Diana y Carlos
Penny Junor, autora de la biografía de Diana de Gales La duquesa: la historia no contada, revela que la pareja formada por Lady Di y el príncipe Carlos fue infeliz desde el principio, es decir, desde su luna de miel.
De por sí, la novia ya estaba molesta porque su esposo usó unas mancuernillas que le regaló su ex, es decir, Camilla Parker Bowles.
Pero la cosa se complicó en el viaje de novios, que arrancó con un crucero a bordo del Yate Real Britannia. Ahí quedó claro que la mala relación imperaría entre los recién casados. “Diana no era lectora y se ofendía por que él prefería hundir la cabeza en un libro en vez de sentarse y hablar con ella. Odiaba sus ‘malditos’ libros”, narra la escritora .
Según Penny Junor, Carlos se había mentalizado para tener una súper luna de miel, que incluyera sol, sesiones de natación, lectura, pintura y tiempo para escribir cartas de agradecimiento.
“Él llevó sus acuarelas, algunos lienzos y una pila de libros de Laurens van der Post, que, esperaba, pudiera compartir (con Diana) para discutirlos por las tardes. Pero fue un desastre y sólo sirvió para demostrar que tenían muy poco en común”.
Según Penny Junor, Diana odiaba hasta las pinturas de Carlos. “Estaba resentida con él por sentarse horas ante el caballete… Un día, cuando él estaba sentado en la cubierta pintando, se levantó a ver algo y se tardó media hora. Cuando regresó descubrió que ella había destruido todo".
Y aunque estaba más que claro que Diana se sentía infeliz durante toda la luna de miel, Carlos no entendió el origen de esa infelicidad.
La segunda parte de la luna de miel ocurrió en el Castillo de Balmoral, en Esocia, donde Diana dijo a la prensa que hasta el momento todo había sido maravilloso; sin embargo, la realidad era otra. “Odiaba el campo, la pasión de la familia de él por los caballos y los perros, la lluvia que caía sin cesar y sentía que su esposo evitaba cualquier contacto íntimo con ella”.
Y Carlos, en vez de buscar la manera de hacerla feliz, no supo cómo manejar la situación y se alejó, dejando los problemas de Diana en manos de otros”.