Meghan sigue rebelde: No anunciará el nacimiento de su bebé como es la tradición
Ahora sabemos que la pareja real ha tomado dos decisiones importantes sobre el nacimiento de su primer hijo, la primera y que fue dada a conocer hace unos días es que Meghan seguirá los pasos de la reina Isabel II y dará a luz asistida por una partera en su recién estrenada residencia Frogmore Cottage en Windsor.
Y la segunda, el Palacio de Buckingham emitió un comunicado confirmando que Meghan y Harry no anunciarán inmediatamente el nacimiento de su hijo como siempre ha sucedido con los miembros de la familia real sin excepción… hasta ahora. Nuevamente Meghan va por la libre.
“El Duque y la Duquesa están muy agradecidos por los buenos deseos que han recibido de la gente del Reino Unido y en todo el mundo mientras se preparan para el nacimiento de su bebé. Sus Altezas han tomado la decisión de mantener los planes sobre la llegada de su bebé en privado. El Duque y la Duquesa esperan compartir las emocionantes noticias con todos una vez que hayan tenido la oportunidad de celebrarlo en privado como familia”.
Antes que nada este comunicado podemos interpretarlo como un aviso de que a partir de hoy mismo el nacimiento del primogénito de Meghan y Harry puede ser en cualquier momento. Este es un punto importante ya que no había información precisa sobre las fechas en la que la ex actriz saldría de cuentas pero gracias a éste es que hoy sabemos que el nacimiento del Royal Baby es inminente.
No se descarta un parto en el hospital
Desde un inicio Meghan supo que quería que su primogénito naciera en casa y por ello se ha preparado, así lo dijo una amiga de la ex actriz al Daily Mail.
Meghan ha practicado yoga siempre pero desde hace nueve meses se ha enfocado mucho más e incluso se supo que había contratado a una doula para que la asista durante el parto.
¿Qué es la doula? Es una mujer que se encarga de asistir emocionalmente a la madre durante el trabajo de parto. No interviene en el proceso médico, no tacta, no manda tratamiento ni recomienda terapia, únicamente permanece junto a la madre, antes, durante y después del parto a nivel emocional.
También prepara al padre y familiares si así lo desea la madre, para explicarles cómo deben actuar y apoyarla.
La misma fuente aseguró que la esposa del príncipe Harry no ve ninguna razón por la que no pueda disfrutar de un parto seguro en la privacidad de su hogar “es su elección favorita pero obviamente depende de cómo estén las cosas cuando se acerque el momento”.
Se sabe que la Duquesa podría contar con una piscina de parto llamada TENS (una máquina que emite pequeños impulsos eléctrico para reducir el dolor de las contracciones).
Se negó a que los ginecólogos de la reina, Alan Farthing y Guy Thorpe-Beeston, los mejores del Reino Unido, la atendieran, todo un desaire. “Cuando se trata de dar a luz, cada mujer tiene que decidir qué es lo mejor para ella y qué es lo mejor para su bebé. El equipo de la Reina estará involucrado, pero aún no se ha decidido de qué manera” dijo una fuente al mismo diario.
Contratar a una partera en el Reino Unido cuesta desde 2,000 a 5,000 euros.
Aunque Meghan descartó desde un inicio la posibilidad de dar a luz en el Ala Lindo del Hospital de St. Mary de Paddington como lo ha hecho Kate Middleton en sus tres embarazos, en caso de que hubiera alguna complicación, no hay que olvidar que Meghan ya tiene 37 años y el riesgo siempre es un poco mayor, no se descarta que de última hora vaya a un hospital cercano a su casa. A lo que definitivamente dijo “no” es a pararse en las escalinatas del hospital apenas la dieran de alta.
Así que a partir de ahora el bebé de Meghan y Harry puede nacer en cualquier momento lo que sí es que no habrá imagen del recién nacido a la salida del hospital como Catherine de Cambridge nos acostumbró.
Es muy probable que conozcamos al bebé Sussex por medio de una fotografía publicada en la cuenta de Instagram recién estrenada por sus padres, entonces esa imagen puede convertirse en nuevo récord mundial de likes sin ningún problema.