Carolina y el homenaje a su madre, los protagonistas del Baile de la Rosa
Una edición del Baile de la Rosa como la número 65 no es poca cosa. Y sobre todo una como la que se esperaba ayer por la noche. Había muchos frentes qué cubrir pero el principal era ver si Carlota Casiraghi llegaba del brazo de Dimitri Rassam , también la moda de las mujeres Grimaldi o comprobar si Carolina llegaba de luto que así ha sido… a medias, por su amigo Karl Lagerfeld. Al final la última ha ganado por sobre todos.
El Sporting Club de Montecarlo ha sido la sede donde se ha llevado a cabo el Baile de la Rosa 2019, el mismo que se celebra desde 1964 para recaudar fondos destinados a la Fundación Grace Kelly.
Definitivamente esta gala marca el inició de la la primavera en toda Europa y que nadie cuya cuenta bancaria tenga más de siete números se quiere perder.
En esta ocasión la temática se inspiró en el "Manhattan Ball” en donde la pista de baile simulaba a una mujer saliendo de la piscina, como siempre, todo espectacular.
Carolina instalada en “la viuda de Karl”
Los Grimaldi hicieron sus aparición en el Sporting Club y entonces apareció una princesa Carolina con semblante serio que dejó claro que a quién más extrañaría esa noche era a su gran amigo Karl Lagerfeld que el pasado 19 de febrero falleció a causa de cáncer de páncreas. Se sabe que antes de morir él decidió que el concepto de este baile fueran los años 50 y así ha sido.
Un dato que nos revela lo cercanos que fueron el diseñador y la princesa es que Karl nunca faltó en los últimos 40 años a este gran evento donde su amiga es la dueña y señora. Así que su ausencia pesó y mucho en la hermana del príncipe Alberto. Por eso no es tan aventurado decir que sí, que la gran viuda del diseñador alemán es indiscutiblemente su querida amiga, la princesa de Mónaco.
Carolina apareció de luto pero un luto diferente, un luto a la Lagerfeld. Se trataba de un vestido en satín negro con escote en barco y una cola lateral tipo cascada en rosa de la misma tela y que pertenece a la colección Primavera-Verano 2019 de Chanel. Esta colección ha pasado a la historia ya que cuando se presentó en el Gran Palais de París, fue el último desfile donde Karl Lagerfeld asistió.
Para completar su look y hacerlo todavía más nostálgico, Carolina eligió como complemento estrella un collar de tres hilos de perlas que perteneció a su madre, Grace Kelly. Esta joya está cargada de gran simbolismo porque era una de las favoritas de la ex actriz pues fue un regalo que el príncipe Reiniero le regaló antes de casarse con ella . Así que todo su outfit era una homenaje a sus seres más queridos.
Los hijos de Carolina vuelven a brillar
Pero aunque no estaba el mandamás de Chanel sí la acompañaron todos sus hijos así como sus respectivas parejas a excepción de la princesa Alexandra de Hannover que en esta ocasión fue sola.
Una de las invitadas más elegante fue Beatrice Borromeo, esposa de Pierre Casiraghi que podría ser la gran heredera de estilo de Grace Kelly. Incluso físicamente siempre nos recuerda a la desaparecida princesa.
En esta ocasión llevó un espectacular vestido de Dior en color nude con aplicaciones de cristales pero el gran toque a su outfit se lo dio un par de guantes blancos que fue el accesorio más “Grace Kelly” que pudo elegir junto con el recogido de pelo abrazado con una gran trenza. Todo el estilo de la abuela de su esposo.
Por su parte, Tatiana Santo Domingo, esposa de Andrea Casiraghi, eligió para esta noche un diseño de Giambattista Vali rojo en gasa con mangas bombachas y una falta amplia mientras que la princesa Alexandra de Hannover se decantó por un diseño que iba muy ad hoc con la noche Hollywoodense que nos regaló el Baile de la Rosa este año. Se trataba de un vestido de Sandra Mansour lleno de brillo, bordado con cristales con los mismos colores de la decoración de este evento y hasta se podría decir que con los mismo dibujos que se podían apreciar en las decoraciones.
Este Baile de la Rosa 2019 tuvo de todo, un homenaje a Karl Lagerfeld y toda una pasarela de alta costura gracias a las mujeres Grimaldi. Es que nunca defraudan.