El drástico cambio en el guardarropa de Meghan desde que conoció a Harry
Tener una relación con otra persona suele provocar ciertos cambios y compromisos en nuestra vida. Hay algunos que pasan desapercibidos, como ligeros cambios de conducta para adaptarnos a la vida en pareja, y otros un poco más evidentes. Esta es la historia de cómo Meghan Markle cambió por completo su guardarropa durante su relación con el príncipe Harry.
Pertenecer a la Familia Real implica adoptar ciertas actitudes y un estilo más conservador. Meghan siempre ha tenido un estilo femenino y elegante, pero estas concesiones se hacen evidentes en los cortes, los materiales y los colores.
Meghan Markle antes de su compromiso
Aunque llevaba ya unos años en el mundo de la actuación, fue con el estreno de Suits que realmente saltó a la fama. Desde 2012, cuando la serie gozaba de inmensa popularidad, Meghan asistió a distintos eventos en colores brillantes, con vestidos cortos y escotes pronunciados. También optó varias veces por conjuntos de shorts y blazers y vestidos con encaje.
Durante su compromiso con el príncipe Harry
En el anuncio de su compromiso, Meghan Markle salió con un estilo completamente distinto; mucho más sobrio y recatado. A partir de ese momento, cambió los colores brillantes, las faldas cortas y los jeans rotos por vestidos de corte recto, en tonos mucho más sobrios. Su clóset se fue llenando de faldas largas, pantalones de vestir y abrigos neutros.
Después de la boda y durante el embarazo
El estilo de Meghan Markle se ha adaptado a los lineamientos reales y los códigos de vestimenta de los eventos públicos en los países que visita. Se ha visto obligada a usar medias, tocados en la cabeza y vestidos elegantes en tonos neutros. Aún así, no ha dejado de generar polémica y, supuestamente, la reina no está muy de acuerdo con ciertas elecciones de vestuario, como el uso del color negro en eventos que no lo requieren.