La prueba de Meghan y Harry no hubieran sido “felices por siempre” hace 100 años
A menos de que vivas debajo de una piedra, conoces la última gran historia de amor de la corona británica. Meghan y Harry, una actriz norteamericana se casa con el príncipe. Pero este aparente “felices por siempre” no hubiera tenido lugar entre los royals hace un siglo. Aquí una prueba histórica.
El último caso de una mujer estadounidense que se casó con un miembro de la familia real británica fue Wallis Warfield Simpson. Originaria de Baltimore, ya cargaba en sus historia personal con dos divorcios, de los cuales, ambos ex maridos estaban vivos. Todo lo que la realeza del siglo pasado detestaba.
A pesar de la oposición de la familia real, la iglesia y el gobierno, el rey Eduardo VIII se empeñó en casarse con esta mujer, un asunto que ocasionó una crisis constitucional e interna en el Reino Unido.
Después de todo, el rey abdicó para lograr consumar su amor con esta mujer perteneciente a la socialité norteamericana. Su decisión fue considerada de forma positiva por la opinión pública al grado de considerarlo el romance del siglo.
Sin embargo, la pareja no gozó de la simpatía del resto de los royals y tuvieron varios episodios de desacuerdo como sospechas de partidarios de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Si bien Meghan y Harry tuvieron menos complicaciones para unir sus vidas, hace un siglo la unión simplemente hubiera volado la cabeza a la corona por la identidad biracial de Meghan.