Meghan Markle y su interés por conocer su pasado marcado por la esclavitud
Si bien el episodio que vive hoy la historia personal y familiar de Meghan Markle es el de formar parte de la realeza británica, esto no siempre fue así. Los antepasados de la hoy Duquesa de Sussex fueron esclavos en el sur de los Estados Unidos.
Según la biografía publicada por Andrew Morton, conocido por su libro de 1992 Diana: su verdadera historia, Meghan siempre sintió una particular curiosidad por conocer sus orígenes, pues le intrigaban los contrastes de ser hija de un hombre blanco y una mujer afro.
“No sorprende que a Meghan la desconcertara su árbol genealógico”, se puede leer en este volumen publicado en México por el sello Diana. Fue entonces que decidió indagar hasta dar con la historia de sus antepasados, una tarea difícil pues la evidencia de las personas de color en el sur es prácticamente escasa.
El punto de partida de la línea materna de Markle es un grupo de esclavos en el pueblo de Jonesboro en Georgia que eran propiedad de un británico migrante de nombre William Ragland.
Ragland es el apellido de su madre, el cual le fue entregado a la familia de parte de su “amo”. Según los registros de los que habla Morton en el libro, Richard Ragland es el primer “negro” en ostentar este apellido. Un hombre que prácticamente toda su vida fue un esclavo es el registro más viejo que existe de la familia de Meghan Markle.