EXCLUSIVA: El rey Felipe VI muestra sencillez paseando por la Ciudad de México

Cada que nos visita suele sacar el mayor provecho posible a su agenda y, tomando en cuenta que la comunidad española asentada en nuestro país es muy grande, por supuesto que el soberano busca encontrarse con ellos siempre que puede.

Según datos arrojados por el Instituto Nacional de Estadística de España (INE), México es uno de los países predilectos de los españoles para vivir, la población española de origen que reside en México aumentó de 123,189 a 130,832 personas en el periodo de 2016 1 2017.

Así que ese fue el primer evento marcado en su itinerario el viernes 30 de noviembre, un encuentro de hora y media en la residencia del embajador con una representación de la colectividad española del mundo empresarial, intelectual, religioso y académico entre otros.

Después, el soberano español regresó a su hotel ubicado en la colonia Polanco, en la franja hotelera más exclusiva de la ciudad, a una cuadra de la avenida Reforma. Ahí permaneció un rato para después disfrutar de una de las cosas que más le gustan de nuestro país: la comida. No en vano que nuestra Cocina Mexicana sea una de las cuatro gastronomías que ostenta el reconocimiento como “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad” por la UNESCO, junto con las Cocinas Japonesa, Mediterránea y Francesa.

Comida en el Dulce Patria

La seguridad del rey de España estuvo compuesta por miembros españoles y el Estado Mayor Presidencial que desde que aterrizó a nuestro país no lo perdió de vista.

Quizá para despistar un poco, Felipe VI fue sacado del hotel en un convoy diferente al que le había trasladado a la casa del embajador y que lo llevó a uno de los 10 mejores restaurantes de la ciudad y donde se suelen dar cita importantes personalidades mexicanas e internacionales, el restaurante Dulce Patria.

La reconocida chef Martha Ortiz es la creadora de este espacio gastronómico que sin duda, es un punto obligado para cualquier turista o nacional que guste de la alta cocina mexicana. Además no sólo el sabor es el gran protagonista, es toda una "narrativa visual" con sus platos de peltre o cerámica artesanal llenos de color, así como los sorprendentes postres que se convierten en toda una experiencia y que son diferentes cada vez que uno va.

El pan de mole, las aguas frescas como la de horchata con avellanas son un total deleite al paladar.

Fue incluido en la lista de Acqua Panna y St. Pellegrino “Latin America’s 50 Best Restaurants 2015”, además Martha ha sido galardonada con numerosos premios internacionales.

Con lo anterior no resulta extraña la elección de Felipe VI para comer ahí. Acudió con su séquito diplomático y permaneció poco más de una hora.

Una caminata a cuerpo de rey por el Parque Lincoln

Miembros del valet parking del restaurante se preguntaban quién era ese hombre tan alto “¿Es actor o cantante?” mientras otros respondían más seguros “Es el rey de España” a lo que preguntó uno “¿Crees que se quiera tomar una foto conmigo?”, “Mmmm no sé, pregúntale” le contestaba otro.

Cuando el rey salió por la puerta del restaurante sólo algunos miembros de seguridad se movieron. Ya tenían la consigna clara: Felipe VI quería caminar.

Con paso rápido, el soberano salió y sólo sonrió al miembro del valet que le pidió una foto pero no, no se paró.

Para sorpresa de todos, el esposo de la reina Letizia decidió regresar a su hotel caminando aunque, por cierto, no se encuentra a un par de calles, de hecho es una caminata de un kilómetro y medio desde el Dulce Patria.

Lo que para muchos mortales sería una completa pesadilla que resolverían con sólo llamar a un Über, definitivamente para Felipe VI representó todo un lujo. Andar en una ciudad sin ser reconocido, disfrutar de una sencilla caminata por el arbolado Parque Lincoln con sus preciosos espejos de agua y lleno de niños jugando o con sus jóvenes practicando patineta, sin duda fue uno de esos momentos sui generis que ayer México le pudo brindar. ¡Qué maravilla! Bueno, el regalo fue mutuo.

Felipe VI tomó Anatole France, una de las calles más pobladas de restaurantes y que cuando la recorrió, sólo los comensales menos distraídos abrieron los ojos al verlo. Las mujeres sonreían nerviosas con cara de “¿y si me le apersono?” pero no, todos se contuvieron y muy respetuosos lo dejaron disfrutar de su recorrido. Otros tantos, la gran mayoría no se percató de su presencia.

Después llegó al Parque Lincoln donde caminó tres cuadras mientras platicaba con su acompañante, luego tomó Eugenio Sue que lo llevó directo al hotel.

Los miembros de seguridad no impidieron que durante un tramo, nuestro fotógrafo le hiciera fotos exclusivas “Déjalos, están haciendo su trabajo” le comentó tranquilo un miembro de seguridad español a otro del Estado Mayor Presidencial.

Pero no hay que espantarse de nada, todo fue muy seguro porque no hay que olvidar que la mayoría de los 400 invitados que viene a la Toma de Posesión de Andrés Manuel López Obrador se están hospedando en la exclusiva Colonia Polanco que es una de las zonas más seguras del País estos días

Cuando decimos que Felipe VI disfruta México no lo decimos a la ligera, momentos como este, a veces impensable para él en España, es que puede disfrutar en territorio nacional. Todo un lujo.