El "defecto" que la princesa Eugenia no quiso ocultar el día de su boda
El cuento de hadas de la princesa Eugenia comenzó apenas llegó a la capilla del castillo de Windsor para casarse con el empresario Jack Brooksbank y así se reveló por fin uno de los secretos mejor guardados de la jornada: el vestido de la novia y quién fue el diseñador elegido para vestir a la nieta de Isabel II en su gran día.
Al igual que su prima política Kate Middleton, la hija menor del príncipe Andrés y Sarah Ferguson prefirió una casa británica, aunque en su caso se trata de una firma relativamente nueva fundada en 2007: Peter Pilotto, conocida por utilizar diseños textiles innovadores con los que crear siluetas marcadamente femeninas.
Al llegar, la princesa se paró al pie de la escalinata oeste de la capilla de San Jorge tras bajarse del coche. Mientras varias personas se apresuraban a arreglarle el vestido, ella aprovechó para saludar a as personas que se encontraban a apenas unos metros de ella y que fueron los primeros en apreciar el pronunciado escote en la espalda que había decidido lucir para la ocasión y del que surgía la impresionante cola.
La casa real difundió los detalles del vestido y dice que Eugenia pidió expresamente que el diseño incluyera esa característica para que mostrara la cicatriz que tiene en la espalda a consecuencia de la operación a la que se sometió a los 12 años debido a sus problemas de escoliosis.
La propia Eigenia había insinuado en varias entrevistas anteriores que no trataría de ocultar las secuelas de su operación al considerar que su paso por el altar podría ser una oportunidad única para redefinir el concepto de belleza.
Como suele ser costumbre en las bodas de la monarquía , el vestido de Eugenia de York incluía varios guiños a diferentes lugares de Reino Unido en los bordados que decoraban la falda y las mangas y que incluían diseños de la rosa de York, cardos -en referencia a Escocia y al refugio estival favorito de la reina en Balmoral-, tréboles -por los orígenes irlandeses de la familia materna de la novia- y hiedra, en honor al hogar de los recién casados.
El resto de su atuendo lo completaban unos peep-toe de Charlotte Olympia y la impresionante diadema Grenville Kokoshnik de esmeraldas, prestada para la ocasión por su abuela y que completó con unos pendientes a juego regalo de su ahora ya marido.