Revelan cómo Lady Di superó el dolor de su divorcio con el príncipe Carlos
A 21 años de la muerte de la princesa Diana, hay quienes siguen revelando detalles sobre su vida privada. El turno ahora es de la sudafricana Jenni Rivett, entrenadora personal de Lady Di, quien recientemente aseguró en el programa The Royal Box, lo que a estas alturas se pensaba: que Diana seguía amando a Carlos hasta poco antes de su muerte, que no quería divorciarse y que sólo deseaba ser una madre y esposa amorosa.
"Dada la elección, ella se habría quedado e intentado hacer un matrimonio feliz. Ella amaba a Carlos ", explicó la famosa entrenadora de celebridades británicas.
Jenni fue recomendada a Diana por un amigo en común y asegura que la princesa no faltaba a sus sesiones tres veces a la semana y que el ejercicio la ayudó a superar definitivamente la bulimia y su ruptura matrimonial, sucedida en 1996.
Ambas hicieron un lazo tan cercano, que incluso se fueron de vacaciones a Vail, Colorado, a sugerencia de Jenni, cuando la princesa estaba molesta por no pasar la Navidad con William y Harry por primera vez en 1996, después de su separación de Carlos .
Y aunque Jenni comentó que tuvo cuidado de mantener los límites profesionales, el tiempo que pasó con Diana implicó estar al tanto de sus dificultades, especialmente por su divorcio.
“Ella se casó por las razones correctas. Se casó por amor ", dijo Jenni. "Ella no pidió todo eso... No quería separarse o divorciarse”. Pero agregó que la situación había llegado a un punto en el que tuvo que surgir una decisión mutua.
“Diana quería ser la princesa de Gales y la reina de los corazones de las personas. Ella quería ser una madre amorosa, que lo era, y una esposa amorosa ", contó.
Otra situación que fue dolorosa para Diana, según Jenni, fue perder el título de alteza real: "Creo que ella simplemente se sintió herida... Tenía que ser una embajadora importante para Gran Bretaña y todos la adoraban y la amaban, además ella todavía era la madre del futuro rey, ¿por qué debería perder su título?”
Cuando Jenni y Diana comenzaron a trabajar juntas en 1991, la princesa le informó que había aprendido a luchar contra la bulimia. "En realidad ella tenía un sentido del humor increíble. La forma en que me habló de eso fue con una broma. Ella sólo estaba tratando de negarlo ", dijo.
Las sesiones con Jenni pronto se convirtieron en una parte clave de su recuperación, según ella. "Cuando entrenas con alguien y comienzan a sentir esa fuerza que atraviesa sus músculos, es tan estimulante que la ayudó mucho", explicó Jenni.
"El desafío era que ella era la princesa de Gales y muchas otras cosas en su vida. La forma en que logramos superarlo fue mantener la disciplina. Diana sabía que después de cada sesión se sentiría increíble".
La entrenadora dice que a Diana le gustaba reírse cuando entrenaba y que cuando tenía un mal día, era un poco indulgente con la princesa y no la ponía a entrenar demasiado. "Ella solía sentirse muy bien después”, concluyó Jenni.