La declaración del príncipe Harry sobre la monarquía que ha generado polémica

El príncipe Harry, de 32 años, dio una entrevista a la revista estadounidense Newsweek, en la que reflexiona sobre el futuro de la monarquía.

Al preguntarle si hay alguien en la familia real que quisiera ser rey o reina. El hijo menor del príncipe Carlos y la princesa Diana, contestó: "No lo creo, pero cumpliremos con nuestros deberes a su debido tiempo". Asimismo, agregó: "Estamos involucrados en la modernización de la monarquía británica. No hacemos esto por nosotros mismos, sino por el bien de todos".

Es importante decir que estas declaraciones están dando la vuelta al mundo y seguramente causarán mucho controversia, por lo menos así lo piensa Peter Hunt, corresponsal de asuntos reales de la BBC.

"Harry está implicando que los herederos de la reina asumirán lo que es una posición de enorme privilegio porque tienen que hacerlo, no porque quieran hacerlo", comentó Hunt y agregó: "Y a pesar de que el príncipe agregó que la familia real cumple su función por el bien de todos y no para ellos mismos, eso no ha impedido que un tabloide publicara el titular 'Harry: nadie en la familia real quiere el trono'".

Asimismo, también comentó en la entrevista sobre situaciones de su vida y criticó que lo hicieran caminar de niño detrás del féretro de su madre en agosto de 1997. El príncipe tenía entonces 12 años. Y asegura que "no se debería pedir algo así a ningún niño bajo ninguna circunstancia. Creo que eso no sucedería hoy".

"Mi madre acababa de morir y yo tuve que caminar un largo recorrido detrás de su féretro, rodeado de miles de personas que me miraban y millones más que lo hacían por televisión", dijo el príncipe a Newsweek.

El príncipe continuó y alabó la labor de su madre por insistir que llevaran una vida lo más normal posible. "A la gente le sorprendería la vida ordinaria que tenemos William y yo", señaló.

El príncipe, cuya pareja es la actriz estadounidense Meghan Markle , dijo que si algún día tuviera hijos ellos también vivirían una vida ordinaria. "Aunque fuera rey haría mis propias compras", señaló el príncipe.

"Pero es un equilibrio difícil de lograr. No queremos diluir la magia… El público británico y todo el mundo necesitan instituciones como ésta".

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