El “efecto Kate Middleton” llevó a la quiebra a esta marca de ropa
Se podría creer que la publicidad gratis siempre es positiva para todas las marcas o empresas, sin embargo no siempre es así, y esta vez “The Kate Effect” en lugar de ser positivo, llevó a la quiebra a la marca de ropa Issa.
Fue hace poco más de seis años que la noticia del compromiso entre el heredero al trono británico, el príncipe William, y Kate Middleton dio la vuelta al mundo, al igual que las fotos oficiales del momento: ella luciendo un increíble vestido azul de seda llamado “Sapphire London”; él, un traje azul marino impecable.
En tan sólo 24 horas después del anuncio, el vestido -de 430 euros (9 mil pesos)- se agotó de la tienda Harvey Nichols y de la boutique Matches en Londres, encargadas de su distribución, por lo que pidieron a Issa, marca creadora del diseño, que hiciera una nueva producción, pues incluso había ya lista de espera para adquirirlo. El vestido se agotó no sólo en Inglaterra, sino en más de 43 países.
Es hasta ahora que la dueña, Daniella Helayel, ha contado su historia en entrevista para Daily Mail, y explicó por qué todo resultó una terrible experiencia para ella y para su marca de ropa, que terminó muriendo tan sólo 5 años después.
Resulta que en ese entonces Daniella tenía 25 empleados y tres máquinas en su estudio en Londres, además de estar atravesando una crisis financiera. “Issa era una marca de nicho, tenía clientes fieles, pero en 2008 y 2009 estábamos en serios problemas financieros. Cuando Kate usó el vestido, todo cambió”, cuenta en la entrevista.
La diseñadora británica recuerda bien ese día: “Por la mañana hice yoga como siempre, luego tuve una llamada de una amiga avisándome del compromiso. Todo era muy emocionante… No teníamos una televisión en el estudio, y fue antes de que existiera Instagram, pero pronto supimos que Kate vistió un Issa porque justo a las cuatro de la tarde los teléfonos comenzaron a sonar sin parar. Estaban locos”.
Con el diseño agotado de las tiendas y las miles de peticiones de compra, Daniella pronto se dio cuenta que la popularidad no siempre es señal de éxito, pues confiesa que no tenía el dinero suficiente para satisfacer la demanda a gran escala que provocó.
“El banco se negó a darme un crédito y la fábrica me pedía que pagara las cuentas. Necesitaba un inversionista”, por lo que pronto una amiga de ella, Camilla Al-Fayed, compró el 51% de las acciones y para 2012 contrataron a un nuevo CEO, lo que llevó a que Daniella dejara de ser la directora creativa en mayo de 2013. Para 2015, la marca cerró.
“Me fui porque ya no podía más. Me sentía estresada, tanto que mi pelo se puso blanco y comenzó a caerse. Estaba quebrada al final… Tenía un gran negocio, que construí sola por casi una década, verlo evaporarse me rompió el corazón. Me tomé dos años para diseñar de nuevo, fue muy doloroso”, expresa la diseñadora.
“No creo que la gente se de cuenta lo mucho que sufrí, pero siempre he creído que lo que no te mata te hace más fuerte”. Y así fue para ella pues recientemente ha lanzado su nueva marca, Dhela, y lo cierto es que tiene un diseño similar al de Kate Middleton, que vende Monsoon actualmente.